Hay cierto debate en torno al papel de la tecnología en relación con la salud mental de los jóvenes. Jonathan Haidt, psicólogo social y coautor del influente ensayo, La transformación de la mente moderna: Cómo las buenas intenciones y las malas ideas están condenando a una generación al fracaso, ha escrito una serie de artículos donde, entre muchas otras ideas, expone que el comienzo de la crisis de salud mental en los adolescentes americanos está directamente relacionada con la aparición de las Redes Sociales y la masificación del uso de internet a través del teléfono móvil.

Podemos pensar que, dentro de unos años, nos parecerá una locura el nivel de acceso a las Redes Sociales que permitimos a jóvenes de 12 años. Por eso es necesario reflexionar sobre este tema cada cierto tiempo. Resituarse. La semana pasada una importante autoridad americana, el Surgeon General, algo así como un Director General de Salud pública, emitió un informe sobre este tema con muchas claves sobre el estado actual de la cuestión y recomendaciones a todos los actores implicados.

En trazo grueso, la coincidencia en el tiempo entre la popularización de las Redes Sociales, el incremento en el número de horas de uso de tecnología, y el declive de la salud mental en los adolescentes, nos lleva a pensar que hay una relación de causalidad. Sin dejar de haberla, el estudio revela una mayor complejidad. Estos son algunos de las conclusiones a las que llega:

Es necesaria más investigación

Es dificil relacionar una sola causa en cuestiones como la depresión, los comportamientos adictivos o la perdida de autoestima. Serian necesarios estudios especificos en cada una de estas areas. Teniendo en cuenta que la practica totalidad de los adolescentes usan Redes Sociales, parece evidente que aquellos que estan sufriendo algun tipo de problema tambien lo van a hacer. ¿Significa esto que está bien dejarles usar este tipo de tecnologías?, más bien todo lo contrario. Significa que les estamos dejando hacerlo sin saber si es bueno para ellos.

El tiempo es un problema

El dato que si parece correlacionar claramente es el número de horas de consumo. A partir de 3 horas diarias la posibilidad de problemas se dispara. Es necesario poner límites claros al consumo. El control de aspectos como el correcto número de horas de sueño debe de ser primordial por parte de los padres.

Pero no el único problema de las apps

Adultos acosadores, contenido inapropiado y percepción de la imagen personal, son los otros tres grandes problemas asociados al uso de Redes Sociales. Las cifras son escalofriantes y deben de ser una llamada de atención a los padres para establecer cierto control. En concreto, la cuestión del impacto negativo de las RRSS en la percepción sobre tu propia imagen es una plaga que las empresas tecnológicas como Instagram se encargan de intentar ocultar.

Tambien tienen sus cosas buenas

No todo es malo en las RRSS, también pueden tener su uso positivo. Recordemos que la mayoría de las veces el problema no es tanto (o al menos solo) la tecnología sino el uso que hagamos de ella. Las Redes Sociales pueden ayudar a colectivos discriminados, a paliar la soledad o a poner en contacto a personas con necesidades comunes. Existe un lado bondadoso en el agujero negro en el que se han convertido la mayoría de ellas.

Cada niño es un mundo

Esta máxima, escrita a fuego en el ideario Papitek, ha de servirnos para entender que cada caso tiene que ser estudiado de forma independiente. Aunque podamos sacar conclusiones a partir de datos macro, la familia, el contexto socio-económico y la propia historia del niño influirán en el impacto que las Redes Sociales tengan en su vida. Quizás un niño que usa su móvil demasiado no este deprimido por usar el móvil, sino que precisamente se sumerge en él para aislarse de otros problemas de su entorno.

La culpa, como no, es de los padres

No nos vamos a escaquear, la gestión de la tecnología en la familia es responsabilidad única y exclusivamente nuestra. En nosotros recaen las decisiones como a que edad darles su primer móvil, en que momentos dejarles jugar a juegos y hasta que punto dejarles acceder a RRSS. El contenido al que acceden, el tipo de juegos o las redes sociales a las que se conectan son aspectos que deben ser seguidos de cerca.

Precisamente por este motivo es necesario tomar las riendas y crear hábitos tecnológicos saludables en el ámbito familiar. Cuestiones como crear áreas y momentos libres de tecnología, o hacer usos más constructivos de ella nos ayudan a mejorar en conjunto. Existen múltiples recomendaciones sobre pequeños cambios que pueden suponer una gran ayuda para que tus hijos hagan un uso saludable de las nuevas tecnologías.

Para eso, también está Papitek.